AL-SERNA Y ECOCENTRO
– El número 4 de la Revista Al-Serna (Revista anual del IES La Serena) centró su atención en el PROYECTRO ECOCENTRO, siendo incluso objeto de su portada. También el número 5 ofreció interesantes artículos relacionados con el medio ambiente y realizados por los alumnos :
· AL –SERNA Nº 4: Ecocentros: un proyecto de futuro.
· AL –SERNA Nº 4: Plantabosques.
· AL –SERNA Nº 5: Un mundo más acogedor.
· AL –SERNA Nº 5: La Serena en silencio.
· AL –SERNA Nº 5: Un año más en el proyecto “plantabosques”.
He aquí, como ejemplo, uno de los artículos realizado por alumnas de la ESO:
La Serena en silencio
¿Qué diferencia hay entre el ruido que provocan unos pájaros trinando y el del claxon de un automóvil? Dejando a un lado la poesía, un sonómetro nos revelaría que, mientras el ruido de los pájaros trinando no superaría los 10 decibelios, el ruido del claxon alcanzaría los 90 decibelios.
Sí, está claro que existe una contaminación acústica natural, como la producida por las erupciones volcánicas, el rumor de las hojas de los árboles, las fuertes corrientes de un río, el ruido de cataratas… Pero estos ruidos generados por la naturaleza son insignificantes para el hombre urbano, comparado con los ruidos artificiales creados por él mismo. Casi un 80% de la contaminación acústica a la que se expone el hombre de las sociedades desarrolladas, es provocada por los vehículos de motor; el 10% corresponde a las industrias; el 6% a ferrocarriles y el 4% a bares, locales públicos, pubs, talleres, comercios, etc.
Según la Organización Mundial de la Salud y las cifras recogidas en las legislaciones europeas, durante el día una persona no debe soportar más de 65 decibelios, así como no más de 55dc por la noche. ¿Qué podemos hacer nosotros para no sobrepasar esos límites aceptables?
Algunas alumnas de 4ºB hemos investigado este asunto y creemos que podemos contribuir en la mejora del medio ambiente de la siguiente forma:
· Sabemos que una conversación normal no supera los 50dc, pero la suma de dos conversaciones sobrepasaría los 65 decibelios aceptables. Sin embargo, los adolescentes solemos hablar muy fuerte, normal cuando salimos en pandilla, ya que se crean diferentes conversaciones cuyo tono sube en función del número de grupitos que esté hablando a la vez. Eso mismo ocurre muchas veces en clase y en todo lugar donde se aglomere gente. La forma de evitar esto sería controlando el volumen de la voz, pensando en el ruido que entre todos estamos generando, y siendo conscientes de lo perjudicial que es para nosotros mismos. En oficinas y aulas de escolares se sobrepasan, con frecuencia, los 70 decibelios.
· En el interior de las discotecas se alcanzan los 110 decibelios. Muchas horas en estos locales es muy perjudicial para la salud, pues estamos soportando el doble del límite aconsejado por la noche.
· Las motocicletas sin silenciador nos exponen a 115 decibelios, un horrible ruido que frecuentemente padecemos de forma, además, inesperada.
A pesar de que aquí en Castuera no hay grandes avenidas en las que el tráfico rodado supere los 80 decibelios –como ocurre en las ciudades-, sí que hay muchas motocicletas sin silenciador, ruido provocado por grupos que conversan, locales y bares ruidosos… No hace falta vivir en una gran ciudad para sufrir una grave contaminación acústica que, fácilmente, si todos quisiéramos, podríamos evitar.
Siempre se ha dicho que la ventaja de las zonas rurales es que todavía en ellas podemos disfrutar de una paz que ya no existe en las ciudades. Esa paz está estrechamente relacionada con el silencio, con la huida de ese mundanal ruido que nos puede provocar insomnio, alteraciones de la conducta, estrés, aceleración del ritmo respiratorio y, según afirman algunos, hasta puede contribuir a la depresión.
Desde el IES La serena queremos luchar contra la contaminación acústica en Castuera. Hagamos entre todos que esta zona siga siendo tranquila, SERENA….
Cristina de Tena Romero
Sara Guisado Sánchez
Beatriz Soto Romero
Rocío Tena Fernández
Alumnas de 4º de la ESO, curso 2006/2007